ARTISTA: David Manzur


ESPECTRO Y REVELACIÓN

La obra gráfica y el uso del espejo han sido ejes constantes en la trayectoria de David Manzur. Por obra gráfica entendemos un conjunto de procedimientos que permiten crear una plancha o matriz para producir múltiples reproducciones de una misma imagen. Dentro de esta categoría está el grabado, el aguafuerte, la litografía, la serigrafía, la xilografía y otras variantes. En este ámbito, el acto creativo deja una huella irreversible sobre la plancha, concebida siempre en inversión para que, al imprimirse, la imagen aparezca tal como el artista la imaginó. Este principio también impregna su pintura: en el taller, el espejo es una herramienta imprescindible para controlar la composición y verificar proporciones; y la habilidad de pintar “al revés”, como en la imagen espectral que refleja el espejo, es esencial para crear las planchas de su obra gráfica.

El espejo, en su obra, no es solo un auxiliar óptico, sino un espacio de reflexión simbólica: en él habitan caballeros, damas, San Jorge, San Sebastián, ángeles y otros personajes que parecen flotar fuera del tiempo, figuras teatrales anacrónicas que transitan un mundo medieval reimaginado. Estos protagonistas se convierten en intérpretes silenciosos de escenas cargadas de drama, introspección y teatralidad.

En la obra gráfica, estos personajes encuentran una luz particular, una iluminación que no es casual sino fruto de la maestría técnica del artista. Bajo el aguafuerte, la luz se convierte en un elemento narrativo que acaricia las superficies y modela los volúmenes, revelando gestos, texturas y silencios que en otros medios podrían perderse. Es allí donde el teatro de Manzur alcanza una dimensión íntima, como si los personajes fueran sorprendidos en un instante suspendido entre el mito y la historia.

Esta muestra reúne grabados, litografías y serigrafías elaboradas a lo largo de varias décadas, permitiendo apreciar la evolución técnica desde la meticulosidad del grabado hacia la delicadeza de la litografía y la expresividad cromática de la serigrafía. Encontramos piezas emblemáticas como Transverberación, La Partitura, Narciso de la noche y, especialmente, El beso de Dios, colección que sintetiza hacia el final de los años ochenta su fuerza temática y formal. Aunque no sea su técnica principal, en su obra gráfica se concentran sus intereses más profundos —religiosos, teatrales y mitológicos—, y ha sido precisamente a través de esta vía que estos temas han alcanzado un público más amplio, permitiendo contrastar el silencio de sus personajes con la diversidad cultural de Colombia.

El propio David Manzur ha afirmado que el arte debe sorprender; sin embargo, en su obra gráfica la verdadera sorpresa solo emerge a través del análisis de su complejidad técnica. La maestría de sus procesos —muchas veces inaccesibles a simple vista— se revela solo cuando se entiende el rigor de su construcción y se reconoce en ella la magnitud del dibujante que es.

Manzur realizó su primer grabado en 1956 en Nueva York, en el taller de Stacy, motivado inicialmente por su experiencia en serigrafía. Su formación se enriqueció con el paso por el Pratt Graphic Institute y el Graphics Center de Brooklyn, así como por su trabajo en talleres como Giandrandi, Arte Dos Gráfico en Colombia y Aznar en Barcelona. Entre sus técnicas predilectas destaca el zincograbado, valorado por su elasticidad en valores tonales, que permite un manejo preciso y sutil de luces y sombras, esencial para transmitir la carga dramática que caracteriza sus personajes.

Con esta exposición presentamos una de las colecciones más completas de grabados de David Manzur mostradas hasta ahora, organizada por la galería Carlos Orozco en colaboración con Umbral Galería, y concebida para enaltecer el legado de este magnífico dibujante y compartirlo con todos ustedes.

En este recorrido, cada estampa es un reflejo invertido de su mundo: una imagen nacida en el espejo y materializada en la plancha. Les invitamos a detenerse y contemplar cada detalle, no solo para admirar su fuerza visual, sino también para comprender la complejidad y la belleza que hay detrás de la rigurosa elaboración de estas imágenes. Cada trazo, cada sombra y cada inversión de la figura responden a un proceso técnico minucioso que, lejos de ser un mero recurso artesanal, constituye el fundamento mismo de la expresividad y el impacto de la obra gráfica de Manzur.

Ricardo Perdomo.

23 de Agosto - 27 de Septiembre 2025

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