ARTISTAS: Didier Bedoya y Felipe Bonilla


17 de Octubre - 21 de Noviembre 2025

ECOS DE CORRESPONDENCIA


Como el cauce de un río que se bifurca hacia las orillas y se reencuentra en el delta, la historia de esta muestra se escribe desde los márgenes, donde se navegan las rutas de dos artistas que se encuentran para dialogar sobre la circulación de los bienes, la resignificación de las materialidades de los objetos que cumplen un fin transaccional, y las fronteras territoriales que, más que líneas exclusivamente políticas, son zonas de tránsito donde el intercambio y la tensión reescriben la memoria de la colectividad.

Pensar en las rutas de comercio formal e informal, en la poética del desplazamiento en el territorio, en la construcción del paisaje y en los actos de intercambio que requieren de estrategias no convencionales debido a la escasez de recursos cotidianos en los territorios porosos de las fronteras entre Colombia y Venezuela, así como en los materiales (estampillas, billetes y monedas, petróleo, chalanas, y maíz) convertidos en testimonios de supervivencia y migración, son algunas de las reflexiones que busca plantear la muestra Ecos de Correspondencia

Esta exposición de Didier Bedoya y Felipe Bonilla explora la materialidad de los objetos mencionados como materia prima que atestigua aquellas economías invisibles dentro de los límites territoriales, en su mayoría diluidas en el trasegar de la supervivencia del diario vivir. El polvo de óxido que emerge de las chalanas, el petróleo que se contrabandea en los ríos y las selvas, la abundancia de billetes en desuso y la raspadura de las monedas, son residuos que condensan historias de valor y desgaste, y se transforman en el insumo de estos laboratorios simbólicos y sociales que surgen de la investigación artística de ambos creadores. Su uso, más allá de la transacción, se convierte en un acto de resignificación mediante el cual los artistas extraen del objeto económico su carga ideológica y lo reubican en el territorio del arte, donde la estética opera como una forma de arqueología social. La exposición traza un mapa de correspondencias entre el pasado y el presente, entre el valor y la materia, y entre el cuerpo y la frontera.

Para comprender este diálogo, es importante también entender la importancia que las rutas fluviales tuvieron en la construcción histórica de ambos países, siendo los ríos las arterias de la comunicación y el intercambio comercial. Por ellos se transportaba toda clase de bienes y alimentos, configurando circuitos que enlazaban el campo y las selvas con las ciudades. En estas rutas, lo fluvial y lo terrestre coexistían: los caminos reales y los senderos informales sostenían las economías donde lo legal y lo ilícito confluían y se confundían. Esta doble naturaleza persiste hoy en las redes que transportan bienes y capitales, muchas veces invisibles, que circulan hoy entre ambos países.

Ecos de correspondencia rescata la memoria material de estas rutas, donde el residuo —polvo de óxido, polvo de metal— se transforma en pigmento y dibujo. Del mismo modo, las estampillas y los billetes son soportes resignificados para fines plásticos. En ellos convergen los rostros del poder y las narrativas del progreso, que, al ser integrados en las obras, son despojados de su autoridad administrativa y se transforman en fragmentos poéticos: testigos de un tiempo donde el intercambio se convierte en lenguaje y el valor en metáfora.

Es así como Ecos de Correspondencia construye un puente entre lo visible y lo invisible, entre el objeto que regula y el gesto que resignifica, entre la historia de los bienes y los testimonios de quienes los usan, donde Bedoya y Bonilla descomponen el valor para develar la poética del intercambio y la reinterpretación del capital.


Camila Téllez P.


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