Vacíos, el arte del silencio
YAIRO MEJÍA
De una alusión directa a símbolos y signos de ciudad (culatas de edificios, fachadas, terrazas y arcos que insinúan montañas que se cuelan entre la arquitectura), Mejía pasa a proponer composiciones sugeridas por la sensación de vacío que aluden al suicidio o a la incertidumbre por saber de un ser desaparecido. Esta sensación se traduce en formas no figurativas, en planimetrías urbanas vistas en altura como único horizonte de un “no futuro” para quien ya va camino al vacío.
Una vez la sensación detona la manera de hacer, el proceso pictórico se libera, se emancipa para devenir abstracción concreta, es decir, una pintura que existe porque sí, porque es real en sí misma, así de simple, sin buscar o sujetarse a la tiranía de un significado; en adelante solo será el sustento de la forma, será color, pura composición y a veces también será textura táctil.
ARMANDO MONTOYA LÓPEZ
Curador y líder de investigación en Artes
BANASTA. Mediaciones Arte y Cultura